Habrá quienes se pregunten, ¿Qué es una iglesia evangélica?

Aunque la presencia de cristianos evangélicos (protestantes) en España se remonta bastantes años atrás, la iglesia evangélica sigue siendo una gran desconocida para muchos en nuestro país.

Si bien el protestantismo en España comienza en el siglo 16 —apenas dos años después de la publicación de las 95 tesis de Martín Lutero en 1517— todas las iglesias actuales son relativamente recientes respecto a otros países europeos como consecuencia de la persecución efectuada por la Inquisición durante los siglos 16 al 19.

Es a partir de 1869, con la nueva Constitución española que permite libertad religiosa, que las iglesias evangélicas empiezan a aparecer públicamente en España.

Por tanto, en el caso particular de Ibiza, la aparición más extendida de iglesias evangélicas es relativamente reciente (en el siglo 20).

Históricamente, España —y la isla de Ibiza— ha sido, y sigue siendo, un territorio de tradición católica romana, quedando la iglesia evangélica relegada a una fe minoritaria (e incluso perseguida, tiempo atrás).

No obstante, es el ánimo de este artículo difundir una vez más las preciosas verdades predicadas por las iglesias evangélicas fieles a la Biblia, dando a conocer su principal tesoro: el evangelio de la gracia de Dios en Cristo.

La Biblia nos dice que Jesús es Dios encarnado (Juan 1:1,14). Él vino a la tierra para reprender, enseñar, corregir en toda justicia, y lo más hermoso, para traernos salvación por gracia a través de la fe en Él.

¿Qué es una iglesia evangélica?

En su definición más simple —y como su propio nombre indica— una iglesia evangélica es una iglesia que predica el evangelio. El evangelio es el mensaje más importante que se ha dado al mundo.

El evangelio son buenas noticias. Por una parte, nos habla acerca del problema más serio que tú y yo tenemos, que Dios es santo y justo, y nosotros somos pecadores, dignos de su castigo en el infierno. Sin embargo, por su gran amor, Dios envió a su hijo Jesús para morir por los pecadores, y actuar como substituto para salvar a los que se arrepienten de sus pecados y confían en Él.

Tristemente, la tradición evangélica ha derivado en diversas desviaciones —especialmente en las últimas décadas—, tanto a nivel de contenido como de énfasis, que han oscurecido o desplazado la gloria de la cruz de Cristo (el evangelio), en pos de discursos humanistas, falsas promesas de prosperidad económica —entre otras distorsiones—, e intentos varios de atraer a las personas mediante estrategias alejadas de la Biblia.

Aún así, una iglesia evangélica centrada en el evangelio descrito en la Biblia sigue siendo absolutamente relevante hoy, no tanto por parecerse a la cultura o sociedad en la que se encuentra, sino por la excepcionalidad y peso del mensaje que predica: el evangelio de la gracia de Dios.

Entonces, volviendo a la pregunta que nos ocupa, ¿qué es una iglesia evangélica? Daremos, al menos, tres de sus características fundamentales:

  1. Una iglesia evangélica predica el evangelio. 

Una iglesia evangélica es aquella iglesia que se centra en predicar el evangelio. El mismo Señor Jesucristo definió con claridad la misión de la iglesia al decir:

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”

(Marcos 16:15)

Dicho esto, es siempre necesario recordar qué es el evangelio, el cual la Biblia describe como la noticia histórica de lo que Jesús hizo para salvar a los pecadores: vivir una vida santa, morir en una cruz, y resucitar al tercer día. En palabras del apóstol Pablo:

“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce.”

(1 Corintios 15:1-5)

Básicamente, el énfasis de la enseñanza de una iglesia evangélica debe girar en torno a la persona y obra salvadora de Jesús, esto es, el evangelio. Jesús es el centro del evangelio. De lo contrario, una iglesia que no se enfoca en el evangelio se aleja de lo que realmente es una iglesia verdadera.

  1. Una iglesia evangélica práctica las dos únicas ordenanzas establecidas por Jesús.

Las iglesias evangélicas tienen la Biblia como única autoridad y en ella vemos que Jesús solo instauró dos ordenanzas: (1) el bautismo de discípulos y (2) el acto simbólico de la Santa Cena como recordatorio de la muerte de Jesús.

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”

(Mateo 28:19)

“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.”

(Lucas 22:19)

En obediencia a lo que Dios enseña en la Biblia, una iglesia evangélica debe practicar el bautismo y la Santa Cena.

La Santa Cena (o Cena del Señor) tiene un carácter simbólico, por lo que se rechaza la idea errónea de la transustanciación (el pan y el vino no se convierten en el cuerpo ni en la sangre de Cristo). Esta idea es un mero invento humano, y debe ser rechazada por no tener ningún fundamento en la Biblia.

  1. Una iglesia evangélica hace todo para la gloria de Dios.

Un tercer distintivo de una iglesia evangélica es que hace todo para la gloria de Dios. Todas las palabras y los hechos de los cristianos deben ser para exaltar el nombre de Cristo:

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”

(1 Corintios 10:31)

Procurar la gloria de Dios en todo —y particularmente la revelación de esta en el evangelio— es un distintivo y una prioridad constante de una iglesia evangélica.

Esto significa que las iglesias evangélicas no dan ningún tipo de reconocimiento ni gloria a ningún hombre ni mujer. Bajo ningún concepto se da honor a “pontífices”, santos o vírgenes, ya que toda la gloria es solo para Cristo, el único que lo merece:

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

(Romanos 11:36)

Es decir, sólo se puede reaccionar de una sola forma, y ésta es dándole toda la gloria al Dios trino, en la persona de Cristo.

Especialmente la gloria a Cristo es remarcada en su obra salvadora en la cruz del Calvario, ya que mediante su sacrificio perfecto, suficiente e incomparable logró lavar todos los pecados de su pueblo, efectuando salvación eterna para su Iglesia elegida:  

“porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”

(Hebreos 10:14)

Las personas pueden obtener salvación solamente si se arrepienten de sus pecados y confían en Cristo para obtener perdón ante Dios, sin poner su confianza en los esfuerzos o el buen hacer propio, ya que por méritos personales nadie será declarado inocente ante el tribunal divino:

“ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado (declarado justo) delante de él (de Dios); porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”

(Romanos 3:20)

En consecuencia, la humanidad es un caso desesperado; estamos indefensos y sin esperanza (a menos que vayamos a Cristo).

Las tres características mencionadas arriba distinguen a las iglesias evangélicas, si bien estos no son sus únicos distintivos.

Conclusión

La sociedad española en general —y la ibicenca muy en particular— no sabe mucho acerca de la iglesia evangélica.

Las iglesias evangélicas bíblicas en sí mismas no tienen ninguna virtud especial —más bien están constituidas por personas miserables y pecadoras, que no son mejores que nadie— pero tienen la particularidad de que predican un mensaje especial: la persona y obra salvadora de Cristo Jesús (el evangelio).

Si buscas una iglesia evangélica en Ibiza, asegúrate de que predican el evangelio, de que celebran el bautismo y la Santa Cena (como símbolos del evangelio), y que lo hacen todo exclusivamente para la gloria de Dios.