La pregunta es, si Dios es uno, ¿cómo podemos demostrar que son tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo?

La pregunta es muy importante, ya que la Trinidad está compuesta por más de una persona. La Trinidad es: “Dios es uno en esencia, en tres personas”.

En consecuencia, la iglesia evangélica distingue claramente tres personas en la Divinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Antes de seguir adelante debemos saber lo que esto significa, por ello, no queda otra que hacer frente a algunas dudas que se plantean en contra de la Trinidad.

La palabra Trinidad no es una palabra que podamos hallar en la Biblia, pero ello no quiere decir que explícita e implícitamente no la podamos encontrar en muchos pasajes de la Biblia (Génesis 1:1, 26; Isaías 6.8; Mateo 28:19; Mateo 28:19; Mateo 3:16-17; 2ª Corintios 13:14; Juan 14:16-17; 1ª Pedro 1:2, etc.).

Juan Calvino, en relación a este tema, respondió:

“Si ellos llaman palabra extraña a la que sílaba por sílaba y letra por letra no se encuentra en la Escritura, ciertamente nos ponen en gran aprieto, pues con ello condenan todas las predicaciones e interpretaciones que no están tomadas de la Escritura de una manera plenamente textual.” (Institución I/XIII/3)

Pero la realidad es que Juan Calvino, al igual que otros muchos grandes teólogos, ha sostenido que cuando hablamos de la Trinidad, el asunto no es si una palabra particular ha sido tomada de la Escritura, sino si el concepto es bíblico o no que, en este caso, lo es.

¿Cuántas veces no hemos usado palabras no bíblicas en nuestras expresiones teológicas siempre que éstas comuniquen conceptos bíblicos? (Monergismo, sinergismo, teología, etc.)

Juan Calvino estaba plenamente persuadido de las fortalezas y debilidades de todo lenguaje humano. Escribió:

“Cuanto de Él pensamos, en cuanto procede de nosotros mismos, no es más que locura, y todo cuanto hablamos, vanidad. Con todo, algún medio hemos de tener, tomando de la Escritura alguna regla a la cual se conformen todos nuestros pensamientos y palabras.” (I/XIII/3)

Debemos ser honestos, es difícil comprender esta doctrina. Nuestro conocimiento está lejos de ser exhaustivo.

Pero existen razones obligatorias por las cuales la iglesia usa un lenguaje extrabíblico para formular conceptos bíblicos. Por un lado, la iglesia se ve forzada a hacerlo así porque los herejes tuercen y distorsionan las palabras bíblicas con el fin de hacer que digan lo que NO dicen.

La estratagema de los herejes ha sido siempre tratar de formular sus doctrinas en lenguaje bíblico. Pablo advierte a los efesios con respecto a esto mismo: “Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.” (Efesios 5:6-7)

Las “palabras vanas” con respecto a las cuales escribe Pablo son palabras que han sido despojadas de su significado, vaciadas de su contenido verdadero. Durante siglos, la iglesia ha tenido que luchar contra semejante mal uso y abuso del lenguaje, y sigue luchando, para la gloria del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Como cristianos creemos firmemente en la DOCTRINA de la Trinidad no porque la podamos entender (lo reconozco) sino porque la Biblia nos enseña sobre ella, y porque el Espíritu mismo da testimonio en nuestros corazones de que es así.