Hoy en día, al igual que en los tiempos de Jesús, hay diversas opiniones acerca de la persona del Hijo de Dios, ¿qué pensaba la gente sobre él? ¿Es bíblica la deidad de Cristo?

Rotundamente, sí.

Es por ello por lo que resulta indispensable que el cristiano conozca a fondo lo que la Biblia enseña sobre Jesús, ya que esta es una pregunta que, según nuestra respuesta, puede determinar nuestro destino eterno (Juan 3:36).

Cuando nos referimos a la Deidad de Cristo, tengamos en mente que estamos hablando del “Unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18).

En Zacarías 12:10, es Dios quien manifiesta: “Y mirarán a mí, a quien traspasaron”. Y en el Nuevo Testamento este pasaje tiene su aplicación en la crucifixión de Jesús (Juan 19:37; Apocalipsis 1:7).

El apóstol Pablo hace lo mismo con el pasaje de Isaías 45:22-23, como una aplicación a Jesús en Filipenses 2:10-11. Es más, el nombre de Jesús se usa de manera paralela con el nombre de Dios en algunas oraciones “Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo” (Gálatas 1:3; Efesios 1:2).

En Juan 5:17-24, Jesús como Hijo de Dios, estableció su igualdad al Padre en su persona (versículos 17-18), en sus obras (19-20), en su poder y soberanía (21), en su juicio (22) y, finalmente, en su honra (23).

Las obras que son llevadas a cabo por Dios el Padre son atribuidas a Jesús. Jesús no solamente resucitó muertos (Juan 5:21; 11:38-44), y perdonó pecados (Hechos 5:31; 13:38), él creó y sustenta el universo (Juan 1:3; Colosenses 1:16-17).

Cristo posee atributos que solo él, como la segunda persona de la Trinidad, puede poseer, al igual que el Padre: Es eterno (Juan 8:58), omnipresente (Mateo 28:20), omnisciente (Mateo 16:21), y omnipotente (Juan 11:38-44).

Convirtió el agua en vino (Juan 2:7), caminó sobre el agua (Mateo 14:25), multiplicó objetos materiales (Juan 6:11), sanó a un ciego (Juan 9:7), a un cojo (Marcos 2:3), y a gente enferma (Mateo 9:35; Marcos 1:40-42), y aún levantar a muertos (Juan 11:43-44; Lucas 7:11-15; Marcos 5:35).

“La deidad del Señor Jesucristo es un principio esencial y no negociable de la fe cristiana. Varias líneas de la evidencia bíblica confluyen para probar de manera concluyente que él [Jesús] es Dios” (John MacArthur).

Cristo con sus afirmaciones demostró su deidad a través de milagros, incluyendo su resurrección, lo cual alteró al mundo. Es imposible que otra hipótesis pueda explicar estos hechos, que van más allá de nuestras mentes finitas y limitadas.

Como conclusión: La enseñanza de que Cristo es Dios es clara e inequívoca. Negar la deidad de Cristo no es más que una herejía.